De acuerdo a Mandelbaum et all (1999), los peligros existentes en el fútbol sobre las mujeres son los mismos que sobre los hombres. No obstante, existen algunas diferencias: Por ejemplo, los esguinces de tobillo dan con la misma frecuencia en hombres y mujeres, pero los esguinces o roturas en el ligamento cruzado anterior son más frecuentes entre las mujeres. Esto se debe, según estos autores, a muchos factores, aún así puede decirse que existe una gran relación entre estas lesiones y el nivel de preparación física (menor en las mujeres) y capacidad de reclutar unidades motrices en los isquiotibiales (menor en las mujeres). Durante la premenstruación, el factor de riesgo de lesión es mayor, aspecto que disminuye en aquellas mujeres que toman píldoras anticonceptivas.
Algo que también destacan estos autores es que la laxitud de las mujeres no es un factor de riesgo, no obstante, esto debe aclararse haciendo mención a lo que Smith et all (2007) concluyen en uno de sus estudios: se comprueba a través de tests de laxitud en la articulación de la rodilla que no se encuentran diferencias entre sexos en atletas y no atletas; no obstante, sí se encuentran diferencias entre los atletas (ya sean hombres y mujeres) y los no atletas (hombres o mujeres). En estos estudios se comprueba que mujeres y hombres deportistas tienen menos laxitud que mujeres y hombres no deportistas. Así pues, se deduce que el tono muscular y la capacidad de reclutamiento inciden en la laxitud de las articulaciones. Cabe, pues, destacar que los/las entrenadores/as deben tener en cuenta en sus entrenamientos la importancia de trabajar el equilibrio de la musculatura directamente relacionada con la rodilla.
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